La Santa Orden de los Dragones
Capítulo II: Bienvenido de vuelta a Capital Crow
El gusano de tres cabezas se alzó a lo alto de la caverna, aun cuando era grande eso cabía perfectamente allí. Al tocar el techo las estalagmitas se estremecieron y unas cayeron al suelo pero sin dañar a los jóvenes. Ellos, que seguían asustados por la intromisión de la bestia, solo la observaban como si de un monumento se tratase. En la parte delantera del gusano podía observarse como los tres cuellos sobresalían al final de estos se observaban las tres bocas y solo un ojo por cabeza. El color plateado de la criatura reflejaba la poca luz que entraba en la caverna. Su parte trasera se perdía en uno de los túneles, por lo que no se sabía con exactitud cuanto medía.
-Estamos tan jodidos- Dijo Sea muy preocupado.
-Zaphire, préstale una espada estándar a Sea, y toma precausiones- Le dijo Kitsen
-¿Estás seguro?
-Necesitamos toda la ayuda posible, no sabemos de que es capaz esa cosa- Le contesto Kitsen
Zaphira a su vez, hizo un movimiento con su mano, y en un resplandor de partículas azulado, se materializo una espada larga y pesada, Sea se acercó para tomarla con sus dos manos y ponerse en una posición de batalla. Zaphira se alejó un poco de los dos, y quedó detrás de ellos. Sea se puso al lado de Kitsen quien ya había materializado su juego de espadas dobles, y su armadura para la batalla. Kitsen traía una armadura completa de caballero pero sin casco. Estaba totalmente cubierto.
-Zaphira, bendíceme con Velocidad, Alto Salto, y Extra Fuerza. No creo ser de gran ayuda si solo tengo una espada- Dijo Sea
-Tiene razón Zaphira, a mi también por favor- Dijo Kitsen
-Ok, déjenmelo a mi- les contestó Zaphire mientras juntaba sus dos manos y formaba un orbe de energía. Hecho esto, tanto como Sea y Kitsen fueron rodeados por un aura de color azul.
Los dos jóvenes se colocaron en posición de pelea y el gusano quien había permanecido casi inmóvil todo este tiempo, volvía a rugir.
Sea saltó primero, con espada en las dos manos se lanzó encima del gusano y le clavo su espada en el lomo, pero el gusano no reacciono de ninguna forma ni soltó sangre, sino que se sacudió para quitarse a Sea de encima. Kitsen se acerco a una de las cabezas que no estaba viendo a Sea. Le dio unos espadazos pero tampoco reaccionó de ninguna forma.
-¡Kitsen, aléjate!- Grito Zaphira
En eso las dos cabezas que estaban ocupadas con Sea la tiraron del lomo, y la lanzaron contra una pared. Luego se lanzaron precipitadamente contra Kitsen, aplastándolo y esparciendo una nube de tierra.
-¡Kitsen!- volvió a gritar Zaphira. Y así lo hizo varías veces, hasta que de donde surgió la nube de polvo pudo oírse una respuesta
-¡Fire Storm!- Se oyó gritar a Kitsen, y entonces ondas de fuego salieron de donde se encontraba y dispersaron el humo y dañaron al gusano quien rugía aun más fuerte que antes ante el dolor que le provocaban las llamas.